Días antes de la salida del viaje, contactaremos con nuestro compañeros de viaje por WhatsApp. Nos encontraremos con nuestro coordinador de viaje en el aeropuerto de Madrid en el punto y hora indicados para tomar nuestro vuelo con destino Bérgamo.

Llegada al aeropuerto de Bérgamo. Tras dejar las maletas nos dirigiremos al centro de esta magnífica y desconocida ciudad medieval. Visitaremos grandes y preciosos lugares como la “Piazza Vecchia” o la “Piazza Duomo” ubicadas en el centro histórico de la ciudad, de la que dicen que es una de las Plazas más bonitas de toda Italia. Podremos visitar centros tan importantes como La Basílica de Santa María la Mayor, que es uno de los monumentos más importantes de la ciudad. La ciudad alta es la parte más antigua y conserva mucho de la época medieval, con murallas y calles de piedra. En la parte baja se encuentran edificaciones más modernas y los edificios públicos más importantes. Tendremos tiempo de recorrer las calles medievales, de tener un primer contacto con la gastronomía italiana y de visitar las numerosas tiendas de artesanía que abundan por el entramado bergamasco.

A última hora de la tarde dejaremos la ciudad para dirigirnos a Milán. Llegada al hotel de Milán y check in. Por la noche nos reuniremos para salir a cenar todos juntos una deliciosa pizza (no incluido).

Alojamiento.

Desayuno en el hotel. Tras reunirnos en el hall del hotel a la hora acordada disfrutaremos de un gran día para conocer esta preciosa ciudad. En este primer día podremos visitar zonas tan conocidas y tan importantes como Il Duomo, una de las Catedrales góticas más bonitas del mundo, tendremos tiempo para verla por dentro y por fuera y para subir a su azotea y divisar la ciudad desde su terraza panorámica. A su lado se alza la Galería Vittorio Emanuelle II, una galería comercial donde el lujo y el diseño se dan la mano. Después de dejarnos deslumbrar por los objetos de sus escaparates continuaremos la visita por el Teatro La Scala.

Seguiremos por el centro admirando los edificios y palacios que nos vayamos encontrando hasta llegar al Castillo Sforzesco, otro de los símbolos de la ciudad, desde allí, la poderosa famila Sforza controlaba la ciudad y convirtió esta fortaleza en un espléndido palacio ducal. Dentro, además de admirar el castillo propiamente dicho podremos enmudecer ante la Pietà Rondanini, la última obra de Miguel Ángel, en la que estaba trabajando días antes de morir.

Para terminar el día, nos sentiremos como unos verdaderos milaneses tomando el aperitivo-cena (incluido) en la zona de Navigli, la venecia Milanesa…

Alojamiento.